Nuestras madres son el pilar del hogar, por eso, es importante cuidar su salud de manera integral, incluyendo sus ojos.
Generalmente, las mujeres son propensas a padecer patologías visuales con frecuencia, a diferencia de lo que ocurre con los hombres. Estas enfermedades pueden afectar su calidad de vida si no son diagnosticadas y tratadas a tiempo.
Cada una de las patologías que afectan principalmente a las mujeres, pueden presentarse en diferentes etapas. Es así que se deben tomar en cuenta algunos datos importantes sobre ellas:
Los defectos refractivos como la miopía, hipermetropía y astigmatismo son característicos en la madre de edad reproductiva. Por ejemplo, las mujeres que están en gestación suelen acudir a consulta por este tipo de afecciones. De hecho, nuestros especialistas recomiendan que para corregir cualquiera de estos problemas, es necesario esperar por lo menos un año después de haber dado a luz.
Además, pueden presentarse casos de madres con diabetes durante el embarazo y episodios de eclampsia (el inicio de convulsiones o coma en una mujer embarazada con preeclampsia) que producen alteraciones oculares que pueden complicar patologías visuales ya existentes y dando inicio a otras en el cristalino y córnea del ojo. Mientras que en madres de edad madura, es decir, entre 45 a 65 años, es común el diagnóstico de presbicia, una condición que provoca la pérdida gradual de la capacidad de los ojos para enfocar objetos cercanos. Es una parte natural y a veces molesta del envejecimiento, que empeora con el paso de los años si no es tratada a tiempo.
El síndrome de ojo seco y el queratocono también pueden aparecer durante esta etapa. El primero, debido a los cambios hormonales que experimenta la madre, uso de dispositivos móviles o el padecimiento de otras enfermedades como la artritis reumatoide, lupus, etc.
El segundo se produce cuando la córnea (la superficie frontal transparente y en forma de cúpula del ojo) se hace más fina y gradualmente sobresale en forma de cono, originando una visión borrosa y sensibilidad a la luz y al resplandor. En casos más graves se requiere un trasplante de córnea.
Finalmente, en la madre adulta mayor se evidencian casos de catarata (opacificación del cristalino), degeneración macular (húmeda y seca), y conjuntivitis de repetición. De ahí, la importancia de la detección temprana para un tratamiento oportuno.
La recomendación de nuestros especialistas es que la visita al oftalmólogo se haga por lo menos una vez al año, sobre todo si ya se tienen algunos indicios de cambios en la visión.
En Clínica Santa Lucía nos preocupamos por la salud visual de mamá, por eso, nuestro propósito es generar conciencia sobre estas afecciones y cómo prevenirlas.
¡Tu visión es nuestra misión!