La Enfermedad de Coats: un trastorno poco común pero al que debemos prestar atención.

Es un trastorno idiopático o de origen desconocido que puede desencadenar en un desprendimiento de retina exudativo, glaucoma neovascular, o ceguera unilateral (en un solo ojo), si no es diagnosticado y tratado a tiempo.
Se caracteriza por la aparición de telangiectasias congénitas o arañas vasculares, pequeños vasos sanguíneos dilatados en la piel o las membranas mucosas que, generalmente, son inofensivas pero pueden estar relacionadas con varias enfermedades. En la mayoría de los casos, afecta – principalmente – a varones jóvenes durante la primera década de vida, tiene un rango de aparición desde los 3-4 meses de vida hasta los 28 años.
Los primeros signos de alerta están relacionados con el deterioro de la barrera hematoretiniana y la debilidad de la pared vascular, originando las arañas vasculares y aneurismas. Esto genera una fuga progresiva de fluido subretiniano, sangrado y depósitos de lípidos, dando origen a un desprendimiento de retina exudativo que consiste en la acumulación de líquido detrás de la retina, pero no hay desgarros ni roturas en la misma. Si queda líquido atrapado detrás de la retina, puede separarla de la parte de atrás del ojo y hacer que se desprenda.
También se manifiesta – habitualmente – con leucocoria (reflejo blanco dentro del ojo), disminución de la agudiza visual y estrabismo en edades más tempranas.
La córnea, el iris y el humor vítreo no suelen verse afectados en las primeras etapas de esta afección. No obstante, en estadíos avanzados, podemos encontrar isquemia en segmento anterior, catarata y neovascularización del iris.
Otras complicaciones podrían ser macroquistes intraretinianos, tumores vasoproliferativos secundarios y glaucoma neovascular. Los pacientes adultos pueden ser asintomáticos, presentan buena agudeza visual y la patología suele desarrollarse más lentamente, al contrario que en el caso de los niños.

 

Enfermedad de Coats diagnosticada en adulto

 

El tratamiento dependerá de la severidad de cada caso en particular en el momento del diagnóstico. Con frecuencia, se emplean técnicas como la fotocoagulación con láser, la crioterapia, inyecciones de corticoesteroides, tratamiento con Anti-VEGF (medicamentos para combatir el crecimiento de los vasos sanguíneos y los edemas) y cirugía para corregir el desprendimiento retinal.
El 17 de agosto de cada año se celebra el Día Internacional de la Enfermedad de Coats para concienciar sobre esta afección, y poner atención a los signos de alarma en los rangos etáreos más jóvenes. La prevención es la mejor forma de cuidar nuestra salud visual, por lo que es importante acudir al oftalmólogo al menos una vez al año.

 

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